Niall Ferguson y su escepticismo hacia la sociedad en red


El historiador Niall Ferguson publicó un artículo crítico sobre la visión utópica acerca que las redes sociales permiten que la conexión lleva necesariamente aun mundo más libre, equitativo y pluralista. En Foreign Affairs, Ferguson expone sus argumentos críticos en su artículo “The False Prophecy of Hyperconnection. How to Survive the Networked Age” (La falsa profecía de de la hiperconexión. Cómo sobrevivir a la era de las redes). Ferguson cuestiona una presentación en la Universidad de Harvard de Mark Zuckerberg, CEO de Facebook. En este sentido Ferguson desarrolla seis puntos para hacer un mapa de la sociedad actual marcada por la existencia de las redes. El primero, es que los individuos somos nodos que estamos relacionados entre sí. El supuesto optimista presente en trabajos primarios de Manuel Castells, mostraba a las redes como una conjunto de relaciones horizontales sin un centro definido. Ferguson distingue entre redes jerárquicas y redes de distribución. Las primeras están constituidas por nodos densos y dominan a las segundas. El segundo, es que los vínculos débiles son paradójicamente, muy fuertes. En las redes las relacones puntuales puedens er sumamente enriquecedoras, como lo fue el intercambio espistolar en el Iluminismo. El tercero es que la estructura de la red favorece la viralidad. Esta depende tanto de la estructura de la red como de las condiciones y propiedades de aquello que se propague por la misma. Cuarto, las rede están en constante reconfiguración para adaptarse a las situaciones y entornos. Para Ferguson, la explosión de Silicon Valley fue consecuencia de un debilitamiento de un poder jerárquico en los Estados Unidos y no fue causa de este. El restablecimiento del poder presidencial bajo Ronald Reagan modificó este entorno. Quinto, las redes interactúan con otras redes. Cuánto mayor interacción, mayor grado de innovación. El sexto es que las redes no son igualitarias. Las redes del mundo financiero así como las del mundo universitario son ejemplos para Ferguson. Prima la distribución de Pareto. Finalmente, para Ferguson el impacto de las redes en la sociedad es similar al de la imprenta en el siglo XVI. La PC y el smartphone son equiparables al libro y al panfleto. Pero, aquí Ferguson hace tres salvedades.  Primero, las redes tienen un impacto global y de rapidez que no lo tuvo la revolución de la imprenta. Segundo, quienes controlan las redes hoy controlan un recurso económico central: sus dueños son millonarios como Mark Zuckerberg o Bill Gates, cosa que no fue Johannes Gutenberg. Tercero, Internet y las redes afectaron primero las relaciones comerciales y luego después avanzaron sobre la política y la religión; todo lo contrario de lo que sucedió con la revolución de la imprenta. Aqueelo que comparten ambos fenómenos es que han modificado “lo público”, la Öffentlichkeit habermasiana. En vez de haber potenciado un ciudadano global de la red, un netizen, las redes han favorecido la proliferación de sectas y grupos fanáticos. Por tanto, para Ferguson no habría que aceptar acríticamente una sociedad en red como necesariamente benigna. Al mismo tiempo, la erosión actual de la soberanía nacional es análoga para el autor con un fenómeno similar durante el período de la Reforma luterana. Sus palabras finales apuntan a ser escépticos frente a los cantos de sirena del oligopolio no regulado de Sillicon Valley.

Niall Ferguson y su escepticismo sobre las redes


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