Facebook y las campañas políticas en Estados Unidos, Gran Bretaña, ¿y la Argentina?


Ha comenzado la campaña presidencial en la Argentina de cara a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y uno de los interrogantes que está presente en la Argentina y a nivel global es el papel de las redes sociales en la comunicación política de los candidatos. Existe una buena bibliografía que pone el acento en el impacto negativo que las social media tienen sobre las instituciones democráticas y sobre lo público en general. Producción y distribución de fake news/desinformación, polarización política, efecto cámara de eco, son algunos de los fenómenos consignados negativamente. Estos se han potenciado a partir del escándalo del caso Cambridge Analytica que ha afectado centralmente a Facebook. Sin embargo, en el último tiempo han asomado trabajos donde tales efectos no asoman con la magnitud y el impacto que previamente se habían considerado. Por caso, no existiría el efecto cámara de eco con la relevancia que se había considerado en un principio, al menos no en España, país donde las redes están jugando un rol central en la comunicación política. Un trabajo de R. Kelly Garrett titulado “Social media’s contribution to political misperceptions in U.S. presidential elections“,  centralmente orientado sobre el impacto de Facebook en las elecciones presidenciales de 2012 y 2016 muestra que esta red , al menos, no ha tenido un impacto decisivo en campañas sucias o en la promoción de desinformación y noticias falsas. Tienen impacto, pero a pesar que mucha desinformación circula en las redes, esto no hace que que estos contenidos tengan un caracter decisivo en la conformación de las voluntades políticas en Estados Unidos. El cuadro que sigue demuestra que quienes recolectan onformación política en las redes supone que Facebook no es aquella que tiene más impacto en la conformación de las creencias de la ciudadanía.

Los políticos usan las redes sin considerar su orientación ideológica. Como bien dice el título de una columna en la revista Wired firmada por Hamdan Azhar, los políticos no confían y hasta con hostiles hacia Facebook hasta que llega el momento de hacer campaña, lo cual demuestra al menos un nivel apreciable de hipocresía sobre la cuestión (“Politicians don’t trust Facebook – unless they are campaigning”). A los políticos en campaña les resulta de mucha utilidad usar el pixel de Facebook, código que permite hacer el track de cada usuario de la red social, instrumento usado tanto como para recibir donaciones de campaña como para colocar publicidad personalizada. La gran mayoría de los senadores norteamericanos usan el pixel de Facebook.

Esta proporción se reduce a un 40% en el caso de los diputados.

En Gran Bretaña, luego de la renuncia de Theresa May como primer ministro, se está llevando una intensa lucha al interior del Partido Conservador entre los candidatos a sucederla: Boris Johnson y Jeremy Hunt. Por lejos, es Johnson quien lidera los posteos e interacciones en Facebook (más de 243.ooo interacciones en junio frente apenas un poco más de 10.ooo de Hunt).

Estos datos entran en una relación coherente en función del dinero invertido en publicidad en Facebook por cada uno de los candidatos.

Johnson a su vez fortaleció su presencia en los medios tradicionales conservadores, con lo cual refuerza todos los campos comunicacionales donde hace campaña.

Estos ejemplos muestran la dificultad de hacer estudios cuyo objetivo es conocer el grado de impacto de un mensaje cuando los campos comunicacionales y soportes están entrelazados transediáticamente entre sí.


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