Definiciones de Rasmus Kleis Nielsen sobre los medios y el periodismo


Rasmus Kleis Nielsen es el director del Reuters Institute for the Study of Journalism. En septiembre próximo dejará su puesto y volverá a ser profesor en la Universidad de Copenhague de Dinamarca. Antes de dejar su puesto, ofreció varias entrevistas. Aquí una que condensa su visión de los medios y el periodismo luego de años de liderar uno de los centros globales de estudios líderes sobre el campo. sus opiniones están fundadas n la dirección y supervisión de centenares de trabajos cuantitativos y cualitativos sobre medios y periodismo. Algunas de las frases relevantes.

“Lo que es casi universal es que ha aumentado el papel de las preferencias de las personas sobre los medios con los que interactúan. Esas preferencias están distribuidas de manera muy desigual, lo que conduce a una situación de mayor desigualdad en la información, no porque la gente no tenga acceso a la información, sino porque la que consume noticias activamente es cada vez más una parte relativamente pequeña del público, la que tiende a ser rica, muy formada, mayor y políticamente comprometida”.

“Estamos viendo una mayor desigualdad alineada con divisiones entre partes relativamente más privilegiadas de la población y partes relativamente menos”. 

“Muchos de estos políticos han convertido a los medios en ‘el enemigo’, usan medios digitales para hablar a gran escala y al mismo tiempo eludir los controles editoriales. Los medios de comunicación todavía los cubren sin parar y les dan mucho tiempo en antena, pero no necesariamente son capaces de exigirles cuentas de la misma manera que antes, en parte porque estos políticos no necesitan a la prensa como en el pasado”.

“Es importante no confundir el descontento popular con figuras del establishment con una crisis democrática. Necesitamos recordar que si la gente está descontenta con el sistema a veces tiene motivos para estarlo. Y no todos los desafíos al establishment son necesariamente antidemocráticos”.

“Las publicaciones que están teniendo éxito comercial son, a menudo, representativas de tipos de periodismo que a los periodistas les gustan y respetan. Pero también debemos reconocer que se trata de publicaciones de alto nivel, orientadas a las élites, que sirven a una parte del público de mediana edad, adinerada, muy educada y políticamente comprometida, a menudo urbana. Lo hacen de una manera que es lucrativa”.

Debemos recordar que llegar a los 10 millones de suscriptores no compensa la increíble contracción de los periódicos regionales y locales en todo Estados Unidos, y que la audiencia combinada de los periódicos en Estados Unidos se ha reducido.

El papel de los periódicos en la sociedad estadounidense ha disminuido mucho respecto a lo que era. La dinámica del mercado está muy clara: pocos ganadores, muchos perdedores“.

Es muy difícil medir si la gente está mejor informada. No hay ningún tipo de consenso científico sobre cómo hacer esto. Incluso si lo hubiera, es muy costoso hacerlo a escala y de manera consistente. Pero hasta que se demuestre lo contrario, deberíamos pedir más evidencias a quienes dicen que las personas están peor informadas hoy que antes. En muchas áreas sabemos que la gente está mejor informada que en el pasado”

En muchas áreas tenemos evidencia que sugiere que las personas están bien informadas o incluso mejor que en el pasado, a pesar de los problemas de desinformación“.

Desde el punto de vista de gran parte de la gente, no vivimos en una época de crisis de los medios, vivimos en una época de elección de medios. Vivimos en una época en la que las personas tienen acceso a una increíble abundancia de información, gran parte de ella de forma gratuita, procedente de muchas fuentes diferentes a las que es muy fácil acceder“. 

Si bien hay muchas preocupaciones sobre la desinformación y la fiabilidad de la información y las plataformas, también hay un escepticismo saludable en muchos casos y vivimos en un entorno mediático mejor que el que teníamos en el pasado“.

Vamos a ver una mayor desigualdad en la información, en parte debido al tipo de cambios en el periodismo y a su lugar en la sociedad. Eso es preocupante. Pero debemos recordar que la desigualdad se debe en gran medida a la elección y a los incentivos del sector, y no a que las personas no tengan acceso a la información“. 

Una forma de pensar en los datos es pensar que el público está formado por tres grandes grupos. Un grupo son personas que no están muy interesadas en las noticias en absoluto y son consumidores de noticias muy casuales; cuando consumen noticias, a menudo se trata de noticias que provienen de fuentes bastante centristas, no necesariamente imparciales o con los mejores estándares periodísticos o editoriales, como webs y televisión comercial. Luego está el grupo más grande, personas que son usuarios habituales de noticias, pero no grandes consumidores de noticias, dependen de emisoras, sitios digitales, periódicos locales, motores de búsqueda, y tienden a tener hábitos de consumo de noticias bastante moderados o centristas. Y finalmente están los amantes de las noticias, alrededor del 20% de la población, que tienden a ser grandes consumidores de noticias y muy a menudo tienen opiniones políticas muy partidistas. La cuestión es que ocupan un lugar muy importante en los análisis internos de los medios debido al volumen de noticias que consumen. A menudo son muy partidistas, por lo que pueden crear la impresión de que todo el público es muy partidista, pero eso no es cierto en absoluto”.

La mayor parte del público no tiene opiniones políticas fuertes y no consume mucho noticias partidistas en comparación con otras fuentes de noticias“.

Gran parte del público no ve el periodismo como algo separado del sistema político. Ven a los periodistas y a los editores enredados en la política y, a menudo, también en intereses empresariales. Y ese es un gran desafío para el periodismo. Si uno quiere pedir cuentas al poder, es importante que lo vean como algo separado de ese poder“.

Para la mayoría de las personas, si alguna vez ven a un periodista en acción, la situación en la que lo ven es casi siempre con un micrófono frente a un político. Esa no es exactamente la imagen del periodismo de rendición de cuentas, parece taquigrafía. Se nota en la televisión, en las tertulias… pero también en los periódicos que dan gran importancia a los articulistas de opinión, columnistas y expertos que a menudo son descaradamente partidistas”

Mucha de la información errónea consecuente involucra directamente a actores políticos o autoridades públicas, ya sea como personas que difunden información errónea o como personas sobre quienes se difunde información errónea, a veces ambas cosas. Es muy peligroso recurrir a algún tipo de intervención directa. Es muy difícil definir la desinformación de una manera que pueda ser codificada en la ley. Es muy peligroso empoderar a los gobiernos para que sean árbitros de la verdad“.


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