El periodista Ramón Salaverría impulsa una campaña para cambiar la definición de periodista en el Diccionario de la Lengua que edita la Real Academia Española. La última versión, define a un periodista como, a) persona legalmente autorizada para ejercer el periodismo, y b) persona profesionalmente dedicada en un periódico o en un medio audiovisual a tareas literarias o gráficas de información o de creación de opinión. Desde aquí súmamos nuestro apoyo para modificar una definición tan reduccionista del término “periodista” por, al menos, tres razones. La primera, la definición implica que un periodista es aquel que lo es a partir de una ley que lo consagra como tal. Este carácter estrictamente legal supone que sólo se puede ser periodista a partir de un reconocimiento de parte del Estado, independientemente si éste es democrático o no. Aceptar esto implica abrir las puertas a un grave atentado contra la libertad de expresión y la libertad de prensa. En segundo lugar, el término no reconoce los nuevos avances en soportes digitales ni las nuevas formas de actividad profesional, por lo cual reduce la definición a quienes tienen relación de dependencia en medios de corte analógicos. No contempla soportes digitales, medios propios, el periodismo ciudadano, ni el desempeño en redes sociales, por citar sólo algunas de las diversas modalidades de práctica periodística actuales. Y en tercer lugar, no contempla las múltiples identidades que existen hoy en día a partir de la propia definición que a sí mismos se dan los periodistas. Por tanto, adherimos a la campaña.
La definición de “periodista” de la RAE es sin dudas anticuada