El diario inglés The Guardian ha lanzado una serie de notas en modo de dossier con foco en el populismo. El tema genera interés en ciertos sectores de la sociedad y los medios de Europa ya que un 25% de la población europea opta por apoyar electoralmente a líderes o partidos populistas. El número de ciudadanos del continente que vive en países donde al menos un miembro del gabinete gubernamental es populista en veinte años pasó de 12.500.517 ciudadanos a 170.244.766.
Estos artículos de The Guardian tienen como respaldo un trabajo de investigación desarrollado por profesores de universidades de Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, agrupados bajo el paraguas de Team Populism (Equipo Populismo). El grupo de trabajo está integrado por Saskia Ruth-Lowell, David Doyle y Kirk A. Hawkins. Es de remarcar que los tres académicos son latinoamericanistas, esto es, han puesto su foco en investigar procesos sociales, políticos y económicos de América Latina. La investigación implica un abordaje de política comparada donde se incorporan gobiernos administrados por el populismo de derecha, de centro y de izquierda, así como gobiernos no populistas que cubren el mismo continuo ideológico. El informe general aporta datos cuantitativos para mostar los efectos del populismo sobre varios campos. El trabajo no deja afuera los aspectos institucionales y, en particular, las libertades civiles y la libertad de prensa. Los datos de la investigación muestran un déficit serio en ambos ítems. Los gobiernos no pulistas muestran valores positivos en materia de libertades civiles, no así los populismos de derecha e izquierda.
En materia de libertad de prensa, los valores son negativos para todo tipo de gobiernos, lo cual muestra a las claras la dificultad a la que se enfrenta hoy los medios y periodistas que cuestionan el poder. Sí los gobiernos populistas de derecha e izquierda muestran índices más alarmantes que los gobiernos moderados, aunque estos no escapan en su visión hostil hacia la prensa.
El informe también muestra la degradación de la calidad institucional en cuanto a la calidad de las elecciones. Aquí también los gobiernos populistas quedan mal parados.
Lo mismo sucede con el control de la corrupción. A pesar que es una de las banderas de gobiernos populistas, no obtienen resultados favorables muy diferentes de otro tipo de gobiernos.
En otros campos, tampoco el populismo teiene mejores efectos que gobiernos no populistas en cuanto a una mejor redistribución de la riqueza que favorezca una sociedad más equitativa. Gobiernos no populistas contribuyen más a una sociedad más igualitaria que los populistas.
La cuestión pendiente es si este estudio horizontal da los mismos resultados si se compara cada caso nacional en sí mismo donde hubo experiencias de gobiernos populistas y no populistas. Esto es, si los resultados favorables y desfavorables están atados a la característica del gobierno del país o es una característica que se arrastra históricamente independientemente de sus gobiernos de turno.