El caso Gary Lineker vuelve a poner en el centro el margen de opinión de los periodistas


Gary Lineker es un ex futbolita inglés con un pasado en clubes como el Leicester City, Everton, Barcelona y Tottenham Hotspur. Jugó 80 partidos con la selección de Inglaterra y fue el máximo goleador de la Copa del Mundo de México 1986. En la Argentina lo conocemos por haber anotado el gol del descuento en el mítico partido contra Inglaterra en el cual Diego Maradona anotó el gol de “La Mano de Dios” y el que se considera el mejor gol de la historia de los mundiales.

Lineker hace años que es comentarista y conductor en la BBC de programas de fútbol que incluyen la transmisión de partidos de la Premier League, la primera división del fútbol inglés.

El martes 7 de marzo pasado, Lineker publicó un posteo en Twitter donde criticó la política de inmigración del gobierno británico. Sobre un video donde Suella Braverman, secretaria del Interior del Reino Unido, anunciaba las nuevas restricciones en la política migratoria, Lineker agregó la frase “Santo cielo, esto supera lo horrible” (“Good heavens, this is beyond awful”).

El posteo desencadenó una fuerte controversia en la BBC, que se caracteriza por ser una cadena de caracter público y que pretende estar alejada de las opiniones políticas de coyuntura. Lineker fue suspendido en su labor en los programas deportivos. En señal de apoyo, sus colehas Ian Wright y Alan Shearer decidieron no participar del program de la BBC. El lunes 13 de marzo la BBC decidió reincorporar a Lineker al espacio previo que tenía.

Alan Rusbridger, ex director general de The Guardian, resaltó en Twitter que es importante el caracter de no involucramiento de los periodistas de la cadena cuando se dedican a política. En el caso de Lineker, al dedicarse al fútbol, no debiera estar afectado por un límte a su capacidad de expresión por cuestiones ajenas a su área.

Esta situación vuelve a poner en el centro de la discusión cuál es el margen de opinión de un presentador en una cadena pública. La BBC pretende que sus miembros no se manifiesten políticamente al aire. El problema asume si eso involucra a todos los ámbitos de expresión que incluyen cuentas en redes sociales que son personales.

En América Latina esta problemática es un poco más lejana ya que no abundan las emisoras públicas y autónomas de las administraciones gubernamentales y que se guíen por principios de transparencia y control institucional y ciudadano. Prevalecen las emisoras estatales que muchas veces son gubernamentales. Sin embargo, el espacio para emitir opiniones es un tema que recorre toda emisora, ya sea pública, estatal, gubernamental o de gestión privada.


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