Las conferencias de prensa abiertas en la Argentina no son frecuentes. Las autoridades políticas, a todo nivel, son reacias a implementar este tipo de prácticas y prefieren una interacción con determinados medios y periodistas a fin de evitar situaciones que los pudieran afectar. En la revista “Estudios sobre el mensaje periodístico” publicada por la Universidad Complutense de Madrid, los investigadores argentinos Adriana Amado y Nicolás Rotelli publicaron un artículo de corte exploratorio sobre las conferencias de prensa presidenciales en la Argentina. La investigación trabajó las preguntas de los periodistas hacia los presidentes Cristina Fernández de Kirchner (dos períodos, 2007-2011, 2011-2015) y Mauricio Macri (2015-2019). En un primer vistazo, se observan más conferencias de prensa por parte de Macri que de Fernández de Kirchner.
Se tomaron seis conferencias de prensa para analizar. El resultado de este primer trabajo es que los periodistas no son agresivos, incisivos en las preguntas que realizan a los presidentes en las conferencias de prensa. Los periodistas en vez, prefieren reafirmar opiniones previas o supuestos que llevan a las conferenciass de prensa antes que plantear preguntas duras sobre temas puntuales. Por lo tanto, no pareciera que el relativamente ecaso número de conferencias de prensa o la ausencia de una práctica frecuente se deba a una actividad inquisodora por parte de los periodistas. Estos datos refuerzan la debilidad de la práctica del periodismo como watchdog (“perro guardián”) en países de América Latina y en la Argentina, así como la debilidad del periodismo en fortalecer el control o accountability de la sociedad civil sobre las autoridades políticas. La investigación permite avanzar ya sea en trabajos universitarioso buen periodísticos que indaguen en las razones por la cuales las autoridades políticas argentinas resisten las conferencias de prensa.