El fenómeno desatado por el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos Donald Trump es singularmente provocador. El discurso y actitudes de Trump contra hispanos, musulmanes y grupos étnicos minoritarios ha puesto en guardia a numerosos sectores tanto dentro de la frontera estadounidense como en el exterior sobre cuál será la política tnato doméstica como internacional del país en caso que el republicano triunfara en las elecciones de noviembre. Una de las cuestiones que recurrentemente asoman en esta campaña es cuál el rol de los medios y el periodismo en torno a Trump. Los planteos son diversos y están poniendo en discusión como pocas veces en el pasado cuál es la o las acciones de lo medios en un mundo comunicativo y en transición. La información en torno a Trump, ¿debe ser “neutralmente valorativa” o medios y periodistas deben tomar partido? De tomarlo, ¿ es esto abandonar tipos de periodismo como watchdog, facilitador o incluso como gatekeeper para asumir una actitud “militante” (partisan)? ¿Medios y periodistas al hablar de Trump, incluso negativamente, alientan la campaña de alguien que se presenta en contra de lo “políticamente correcto” y de cierto establishment progresista (liberal)? Los algoritmos de las redes sociales y de los buscadores, ¿son imparciales o juegan para la candidata demócrata Hillary Clinton? Al ser estos un poder creciente en la comunicación política, la sospecha de ir contra Trump, ¿lo favorece a éste?. Las preguntas que fluyen son muchas más y muestran que tanto medios, periodistas, el mundo universitario y ciudadanos en general están afectados por un desconcierto que asoma con un carácter pandémico. Mientras tanto, Donald Trump sigue avanzando…, y quizás con la ayuda de un post como éste.
Donald Trump y su relación con los medios son parte de un ítem de la campaña